¿A eso le llamas golpear? [Beverly]

Decir que había podido dormir dos horas de corrido la noche pasada, habría sido todo un milagro. Solo le daba vueltas y vueltas a la cama, por lo que optó por lo más sano para hacer ese día: Levantarse. Cuando lo hizo, a penas eran las seis de la mañana, por lo que era de esperarse que en la escuela aún no hubiese actividad. Se estiró como si fuese a alcanzar el techo pero logicamente no podía, no era tan alta.
Fue a darse una ducha larga para relajarse y quitarse el cansancio que sentía al no haber dormido lo suficiente. Estuvo alrededor de cuarenta minutos bajo el chorro de agua tibia, cuando decidió salir. Se vistió rápidamente y al notar que estaba frío, tomó un sweater de cuello alto y una capa oscura. Salió rumbo a las cocinas del castillo, pues siempre hacía eso cuando despertaba temprano y tras hablar con unos cuantos elfos, se preparó un café ella misma, aguantando los reclamos de la elfina mientras Beverly reía divertida. Se lo bebió rápido, y comío la mitad de una tostada escuchando aún los reclamos de la ancianita criatura.

Río un poco más mientras se despedía y fue inmediatamente a la enfermería. Corrió las cortinas y acomodó nuevamente las camillas. Más... no tenía nada que hacer. Se sentó arriba de su escritorio mirando su estante repleto de pociones, antídotos y demás cosas. Ladeó su cabeza entrecerrando los ojos. Estuvo cerca de una hora solo pensando en que hacer para no desperdiciar su tiempo cuando al ver una imagen en una de sus revistas le dio una idea. Sonrió bajándose de la mesa y tras acomodarse nuevamente su capa, salió rápidamente al campo de Quidditch. Llevaba meses sin montar una escoba. Tomó una Cometa y sin pensarlo más, comenzó a sobrevolar el campo. La verdad es que hacía frío, pero le gustaba sentir como el viento rozaba su rostro. No supo cuanto tiempo estuvo dando vueltas, pero sí que más de una vez casi se iba de boca al suelo. Hasta que una voz la detuvo en seco y tuvo que sujetarse con ambas manos en el mango de la escoba. Miró hacia abajo buscando al causante y se encontró con el profesor Leblanc. Entrecerró sus ojos — ¿Siempre interrumpe de esta forma? — Le preguntó mientras giraba la escoba para verle de frente. — Puede ser, desde hace tiempo que no... — Se quedó callada al darse cuenta de que no tenía por qué darle explicaciones, así que dejó la frase inconclusa. — Pero seguramente usted vuela mejor ¿No es así? Por algo es el profesor de la materia — Alzó una de sus cejas sin bajarse aún.

La enfermera solo rodó los ojos por lo que escuchó, pero debía de darle la razón aunque no lo dijese en voz alta, habían formas peores. Por eso mantuvo silencio, dándole a entender de que si estaba en lo cierto.
Beverly ladeó su cabeza al notar como se refugiaba mejor en su abrigo y no le culpaba, el clima estaba frío y el viento calaba los huesos, más a ella esto le era indiferente. De seguro se debía a que adoraba el invierno, la nieve, y todo lo que eso implicaba. Sobre el siguiente comentario la castaña solo frunció el ceño, pero no de disgusto sino que intentaba recordar cuando estaba en Slytherin y... ¡Bingo! Lo miró ganarse a su lado bastante rápido, por lo que inconscientemente sujetó más fuerte el mango de su escoba — Ahora recuerdo... ¿Eras el buscador, cierto? — Eso lo podía afirmar, pues de ellos dependía la victoria, siempre y cuando no se adelantasen. Lo miró cuando dejó de vagar en los recuerdos y medio asintió con su cabeza — Raro, más no imposible — Pues cuando ella estudió habían algunos profesores que dejaban mucho que desear al respecto de como enseñaban y las habilidades que tenían.

El silencio que mantenían mientras la examinaba, ya la estaba exasperando. Y cuando abrió la boca para protestar, el profesor hizo una pregunta que la dejó muda por unos segundos. Cuando volvió a reaccionar, entrecerró los ojos debido a las risas — ¿Clases privadas? Suena interesante — Ironizó sonriendo un poco — Pero no sé que más podría enseñarme usted que ya no sepa con anterioridad — Finalizó la frase. Alzó una de sus cejas mientras lo veía dar esa vuelta lenta a su alrededor. Esperó unos momentos más antes de volver a hablarle — Bien profesor, las acepto, aunque será una pérdida de tiempo pero veamos que tan bueno es. ¿Qué quiere que le enseñe? ¿Cuanto tardo en sobrevolar el campo? ¿Algún circuito? O quizás algo que tenga que ver con Quidditch, ya que saber volar y no saber jugar, es ilógico ¿No cree? — Le preguntó sonriendo de lado, esperando a saber que tendría que hacer para demostrarle que ya sabía volar.