Break the silence | Reservado.

Me fije una vez mas en la pálida luz del día que se colaba por la ventana del aula, afuera, como era costumbre en esta época el cielo estaba cubierto de un espeso manto de nubes grises, al parecer aun no iba a llover sin embargo estaba haciendo bastante frio, se notaba incluso en el lugar donde me encontraba. Un corto suspiro se me escapo de los labios y me mordí el labio para reprimir cualquier otro atisbo que le diera a alguien una idea de mi estado de ánimo el día de hoy. Un pequeño golpe en mi rodilla me hizo reaccionar y mirar a mi compañera de al lado con extrañeza, si rostro tan solo me indico una cosa, y eso era…

-Señorita Colleman ¿puede decirnos la respuesta? –La profesora de encantamientos me miraba con una ceja levantada mientras esperaba mi respuesta a una pregunta que yo ni siquiera había escuadro. Tartamudee intentando saber acerca de que hablaban, mire a la chica que me había alertado hace unos segundos en busca de auxilio pero de nada sirvió, la mirada acusadora de la profesora no ayudaba en que ella pudiera decirme disimuladamente la respuesta. Finalmente y sin lograr decir saber de que hablaban, negué con la cabeza.

-Lo siento no tengo idea –admití con cierta vergüenza, siempre había odiado que me pasaran ese tipo de cosas, usualmente era una estudiante excepcional, pero esta vez ni siquiera sabia que era lo que me habían preguntado. Una última mirada reprochadora fue lo que recibí por parte de la profesora antes de que se diera vuelta y continuara con la clase. A pesar de me costo bastante, logre poner mi atención en el resto de la clase, para mi suerte tan solo quedaban 15 minutos. Después de otro regaño por parte de la profesora y un castigo que consistía de un reporte de por lo menos tres pergaminos me marche rápidamente del lugar.

Siendo sincera, lo que menos me importaba el día de hoy eran los regaños o los castigos, nadie me podía culpar por tener la mente en otro lado. Justo hoy se cumplía un año del fallecimiento de mi padre, y aunque creía que ya haberlo superado, ese era un tema que aun me afectaba, era cierto que ya no era esa horrible persona en la que me había convertido recién me entere de aquel hecho, sin embargo aun me dolía bastante. Solté un suspiro y apreté los libros contra mi pecho como si ello pudiera ayudarme. No tenia idea de que hora era, con el cielo cubierto por un espeso manto de nubes grises, era difícil adivinar ya que todo el día era igual, sin embargo deduje que debía ser las 5 o 6 de la tarde, la mayoría de los estudiantes de se dirigían a sus salas comunes para descansar y esperar hasta la cena.

Vi como una de mis compañeras me indicaba que fuera con ella a la sala común y aunque afuera el clima no era el mejor, lo prefería cientos de veces a estar escuchando cientos de voces a mi alrededor, lo único que necesitaba en este momento esta estar sola. Negué con la cabeza brindándole una pequeña sonrisa y me di media vuelta, necesitaba salir de ahí cuanto antes.

Llegue al patio de entrada tal vez mas rápido de lo necesario, había corrido el último tramo intentando dejar todo el ruido atrás. Suspire quedamente en cuando el frio aire de otoño me golpeo en el rostro y cerré los ojos intentado tranquilizarme. Cuando mi respiración volvió a la normalidad abrí los ojos y me encontré con cientos de parejas alrededor de mí, eso era lo que menos necesitaba. Las demostraciones de afecto de cualquier tipo hoy no eran lo mío. Intenta buscar una silla a lo lejos que se encontrara vacía, agradecí mentalmente cuando vi una a unos cuantos metros de distancia. Casi me tire en la silla notando como mi respiración se había vuelto a acelerar, me pase la mano por el cabello cerrando los ojos y contando hasta diez, en definitiva el día hoy empeoraba cada vez más con el correr de los minutos.