Casting para Victoire Weasley

La música resonaba fuertemente en la reducida habitación de la Madriguera. En la que una de las nietas mayores, la dulce Victoire, disfrutaba de su privacidad bailando y cantando, saltando sobre los muebles amontonados alrededor, riendo de lo estúpido y divertido de la situación. No había nadie más en la antigua casa familiar, toda la gran familia estaba fuera; algunos intentando desgnomizar el jardín de la abuela Molly, otros jugaban un improvisado partido de Quidditch y los últimos seguramente estarían dispersados alrededor; leyendo, bromeando, tonteando, o cualquier actividad típica de adolescentes y niños; mientras el resto de los mayores se reunían en varios grupos para conversar. Pero la rubia no tenía ganas de hacer nada de eso, al menos no aún, ese día su tía Ginny cumplía quien-sabe-cuantos años, y era esa la razón de la reunión familiar, mas el abuelo Arthur que sabía de la afición musical de su nieta le regalo su vieja radio muggle y le dijo que podía ir a probarla un rato si quería.

El “rato” resulto bastante más largo de lo planeado, divirtiendo mucho a la ojiverde que insertó en él un CD de música que tenía guardado en algún lugar de su bolso, no le importaba estar pasando por lo que muchos creerían un momento de locura, solo sabía que la más pura y verdadera felicidad que sentía la causaba esa divertida melodía y el acompañarla con su propia voz. Pronto se canso y dejo caer su cuerpo sobre la mullida cama, que no se había usado desde algún tiempo, la abuela le hizo saber una vez, que esa fue la habitación de su padre y por eso era allí donde dormían Dominique y Tory cuando visitaban. El sonido seguía allí, abrazando sus oídos, cuando la música cambio por una algo más suave, comenzó a sentir como la razón la abandonaba, mientras caía profundamente dormida.

Horas después, en el piso de abajo ya todos se amontonaban para la cena, y el encargado de despertarla fue, para vergüenza de la rubia, Lyssander.

-Tory- llamó el muchacho mientras tocaba la puerta. El repertorio del CD muggle de la chica ya se había acabado hace algún rato y ahora solo se oía un profundo silencio en el cuarto –Tory vamos a cenar ya, y a cantarle el feliz cumpleaños a la tía Ginny.

Los Scamander no solían ir muy seguido a la Madriguera, pero había ciertas ocasiones, como está, Luna era muy apegada a la pelirroja así que era obvio que no faltarían, pero ellos llegaron en el momento en que Victoire ya estaba sumida en su música, por eso es que ella no tenía ni la más mínima idea de que ellos pudieran estar allí también. En sus sueños apareció la imagen del castaño llamándola por ese cariñoso apodo, haciendo que se acomodara un poco más para seguir soñando, mas los toques en la puerta seguían sin cesar. La rubia comenzó a abrir los ojos, primero el derecho, luego el izquierdo y se puso de pie, aún adormilada.

-¿Que quieres?– Dijo abriendo la puerta, pero al notar quien era, se enderezo y en su rostro se dibujo una mueca de sorpresa y repentina vergüenza – ¿Lyss que… que haces aquí?-

-Es reunión familiar ¿no?- respondió él alegremente, haciéndola sonreír –Vamos dormilona- la aludida frunció el ceño intentando lucir disgustada, causando un titubeo en Lyssander. Por la reacción de él, ella soltó una risa divertida y le empujo con dirección en las escaleras.

-Apresúrate Scamander, empezaran sin nosotros- volvió a decir sonriente.